Pero, sinceramente, no quiero, no quiero, no quiero; y por lo tanto, paso de hacerlo. Paso totalmente.
Que le den a lo que está bien o mal.
¿Que esto me hace daño? Puede ser, pero también consigue que me de cuenta de que no tengo una piedra en lugar de un corazón; eso debe tener su parte buena, digo yo.
Y aprendí a quitarle al tiempo los segundos
No hay comentarios:
Publicar un comentario