martes, 24 de septiembre de 2013

Un poco más de tiempo


La gente comienza a hacer las maletas, a volar, a correr lejos, a caminar hacia delante, a construirse una vida con ladrillos hechos de experiencias. La gente ya empieza a saber cómo debe moverse, cómo desenvolverse y avanzar para obtener beneficio.
Inevitablemente la gente busca la aprobación de los demás, el reconocimiento; todos queremos elogios y buenas palabras, queremos críticas aunque de vez en cuando (o más que de vez en cuando) sean malas. Todos queremos mejorar, sacar lo que tenemos dentro, crecer y sentirnos realizados; así es como llegamos a sentirnos más cerca de nuestras metas, así es como logramos vernos más cerca de nuestro ''qué quieres ser de mayor''. Conseguir algo así de grande y de importante, no podría ser tan fácil como pasar de curso, como sacarse el carnet de conducir o como superar una relación fallida. Se supone que desde que eres un pequeñajo ya piensas en qué quieres ser y qué quieres hacer con tu vida; vas cambiando detalles, añadiendo cosas y eliminando ideas de tu lista. Igual que tardas la vida construyendo tus sueños, tardas otra vida incluso más larga en hacerlos realidad... Es normal que a algunos nos cueste tanto ver con claridad el futuro. A veces es como sentir que el período de niñez nunca acabó, que las decisiones difíciles y triviales son sólo un juego en el que puedes retroceder o simplemente reiniciar sin haber guardado la partida.

martes, 10 de septiembre de 2013

más o menos historias

Estoy recordando lo que me dijo aquel día. Aquello que se clavó como una astilla molesta que desgarra poco a poco si intentas moverla de donde está. Malditos los sentimientos que aparecen a sus anchas. Malditos los momentos insospechados. Y malditas las palabras que no quieren ser oídas.
Sería hipócrita decir que no me hizo daño, que no me molestó; yo, que me limité a tragarme lo amargo y a contenerme para no gesticular, en realidad me ahogaba por dentro. 
El maldito miedo al cambio, al adiós definitivo y al olvido. Los remordimientos, las falsas sonrisas y los 'simples conocidos'. Y es que, los recuerdos siguen ahí, pero saber que deben estar encerrados dentro... eso es difícil de comprender.
Quizás es egoísta pensar que no quería ser esa simple conocida, pensar en que podría seguir siendo especial como esa persona que supo entender y estar ahí para cambiar los días. Entiendo eso de que ya no soy 'irreemplazable', pero ¿de verdad eran necesarias esas palabras?
Así es la vida, dicen por ahí, y así será como es. Al menos yo parece que voy entendiendo.