domingo, 1 de enero de 2012

2011

Cuando por estas fechas el año pasado, terminaba el 2010 y entrábamos en el 2011, me propuse que ese nuevo año consiguiese dejarme con muy buen sabor de boca; el 2010 no había estado tan mal, pero no me había llenado como me tenía que llenar. Quería un año repletito de nuevas experiencias, emociones y personas que marcasen y que mereciesen ser recordadas en la noche de fin de año.
Y lo conseguí. Ha sido un año para recordar, y un año del que estar orgullosa.
Si el 2011 no hubiera existido, ignoraría los cambios que podrían darse en mi vida, y que me harían sentirme tan contenta la mayoría de las veces.
Y es que como no estar contenta habiendo conocido a personillas como Ainhoco, mi perro fiestero y ronco a la mañana siguiente, ese que me ha demostrado mil cosas en tan sólo un año, y ese del que no me canso; fueron muchos días y noches en tu casa, y no pienses que eso va a terminar (:
Belili, mi Cocoliso, el bebé calvito que me enamora todos los días... quien me diría que tantos momentos contigo me unirían tanto a ti, Beleno ~
El 2011 me regaló un Efrachín silvestre! Uno que siempre está ahí para mí, intentando sacarme la sonrisilla sea el momento que sea; me dejó conocer a especímenes como Freeman o Lenix, únicos en su especie.
También tuve la oportunidad de pasar un curso más pasota, no tan pendiente de las clases ni de mis notas; de relax, de risitas, de enamoramientos tontos rápidos, de ilusiones, de cortos y de salidas.
Básicamente, fue en 2011 cuando empecé a salir a menudo por la noche, y puedo recordar momentos grandiosos que me hacen reír de verdad.
En semana santa me fui a un apartamento en las américas con mis amigas, primera vez en mi vida que hacía eso; me emborraché la primera noche sin siquiera haber pensado hacerlo; vomité por primera vez después de al menos 13 años, y a la mañana siguiente no recordé absolutamente nada; me quemé, me puse morena, comí como una cerda, bailé, canté, maquillé, me cabreé, limpié y apenas dormí.
El 2011 me dejó conocer a Samcho también, con el que viví muy rápido en muy poco tiempo, y al que quise conocer en unos simples segundos, sin pensar en cuáles serían las consecuencias; me cagué en mí misma, le jodí, le hice daño, me hice daño, me volví loca, me estresé, lloré, pedí perdón, no supe qué decir, no supe qué hacer; y finalmente, me di cuenta de que tal vez no era lo mío. Pero Samcho es muy grandioso, hermano del perro tenía que ser (:
Verano; américas, apartamentos varios, mucha gente, verónicas, fiesta, playa, cumple sorpresa, amigas, amigos, despertarme y ver que un hiperactivo nocturno se quedó dormido a mi lado, desayuno inglés, caminar y más caminar, colarnos en el faro, horas preparándonos, caletillas, comidas de cabeza, callejeros palmeros en compañía de la Merehsehtah, sorpresa a Dora la palmera, saltos desde rocas altas, papas locas interminables, oficinas de ensueño, modelo de joyitas artesanales, publicidad inspiradora, descubrimiento de PLL, compras absurdas y gangas muy ponibles, acampadas, bajamar con Carlomagno y Patro, fiestas veraniegas, romerías, bailes de magos, abubukaka, orla del cabrera con numerosas copas encima, cine.

Y cuando empieza el nuevo curso, te marcas unos propósitos; ya que este es el último año de bachillerato, esforzarme para sacar buena media, pero también aprovechar el tiempo, vivir momentazos guachis antes de terminar el instituto.
Y cuando crees que queda demasiado poco para que acabe el año, como para que sigan pasando cosas grandiosas, ZAS! Te sorprendes a tí mismo.
En los últimos meses del 2011 está Jorgi, con sus cortos y sus trabadas, sus frases filosóficas, sus tests y sus cosas resueltillas así; está Alanixie Lott, en teoría, el ratón; que a pesar de conocerlo de antes, no fue hasta estos meses cuando todo fue más guay, cuando nos acercamos tanto; está Betenix el fénix, que no sé ni cómo, pero se ha vuelto tan importante con esa sonrisa de buena persona... Beto, tenemos un montón de cosas que recordar juntos, y eso que sólo han pasado un par de meses, eres la sensación del bloque jajajajaja
Nuri. Nurco. Mi Nurchi, me he pasado las navidades contigo; así que eres como un regalito rubito y pequeñito, nos entendemos a la perfección, y las dos somos unas sensiblonas, lloronas y tontas.
BURDEOS, el pedazo de viaje que no se me quitará de la cabeza en muuuuuuuuuuuucho tiempo; con mi Coline, con las bicicletas, con las adquisiciones a 1€, con Antoine el PD, con los mac everywhere, con la comida a todas horas, con los croissants, con los picnics, con los largos viajecitos, con los gorritos calentitos, con las foto-fotos, con Jorge hablando en inglés, con el Barça-Mardrid, con los piques, con los chupitos, con el museo de arte contemporáneo, con Silvia comiendo sin parar y riendo como una enana, con el bocadillo de 5€, con Rosa y Maruca, con las caídas, con la internacionalidad, con François Magendie, con los Deltreil Lacoste, con el paseo vintage nocturno, con la lluvia, con Angelines, con Lucía y Lucas, con el sopprrrrran, con la musicona de Kotov, con la sangría, con los llaveritos a 8 y 12€, con las tiendas de marca imposibles, con mi dolor de culo y piernas por ir hecha mierda en la parte de atrás de la bici, con los vídeos de jorge, con la puñetera arena hasta en el sujetador, con la araña en la ducha, con el los videosclips españoles cutres, con los horarios franceses, con la gasolinera, con los llaveros de Tintín, con el pan de jorgeabun, con las largas horas que se hacían cortas en guagua, con las piernas encima de la estufa humana, con la estufa durmiéndose en cada esquina y con las ganas de quedarme allí para siempre.

Encima parecía que el año quería darme más, y me dio la fuerza de voluntad para ir consiguiendo lo que siempre he querido; me dio más y más ganas de reír; me dio unos ensayos geniales con gente genial para hacer un concierto genial y sentirme genial; me dio pensamientos chungos y ganas de llorar, pero también me dio a personas que sabían como devolverme mi alegría; incluso me dio a Angelines, mi yo en masculino, y uno de esos que nombraba antes que sabían hacerme sentir bien.

Me dio tantas cosas... que no sé que esperar del 2012. Puedo (y quiero) pedir que sea mejor que el anterior, pero es que pensándolo bien, si fuese la mitad de bueno que este, sería perfecto.


2012, ALLÁ VAMOS!

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