martes, 1 de abril de 2014

Mis días amarillos


A veces me sacas de quicio. Mira que yo soy una persona paciente, pero tú lo consigues, acabas con mi paciencia. Podría decirse que eso es algo... ¿molesto? Pero es que tú en ti mismo eres molesto. Eres la molestia con la que tropiezo casi cada día, y el día en el que no estás en medio no tengo con qué tropezarme, y entonces me pierdo, me pierdo y te busco,  y no me encuentro.  Mis días molestos son mis días sin mi molestia habitual, esos en los que nada parece lo suficientemente amarillo y donde soy un poco menos boba y más aburrida.

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